¿Alguna vez te has puesto a pensar que, solamente por haber nacido varón, heterosexual, o blanco, has tenido algunas ventajas adicionales respecto a otras personas diferentes a ti?
Si no lo has hecho, no te preocupes, es justamente lo que suele sucedernos a quienes tenemos privilegios: no somos conscientes de ellos. Los privilegios son aquellas ventajas que tenemos (o ausencia de obstáculos), que no hemos hecho nada para ganarlas. ¿Sabes quiénes se dan cuenta de la existencia de los privilegios? Exactamente, quienes no los tienen. No es sorpresa que justamente sean las mujeres, las personas del colectivo LGTBTIQ+, las personas racializadas o con discapacidad, quienes se estén movilizando por la igualdad. ¿Y a nosotros, qué nos toca? ¿Nos organizamos para defender nuestros privilegios o nos convertimos en aliados por la inclusión? ¿Cómo puedo reconocer mis privilegios sin tener un sentimiento de culpa o vergüenza? Y una vez que reconocemos nuestros privilegios, ¿Qué podemos hacer con ellos?
Siendo yo mismo una persona llena de privilegios, quiero contarte que puedes redirigir todo el poder extra que te ofrecen los privilegios para poderlos al servicio de la diversidad, la equidad y la inclusión ¿Comenzamos?
Marcelo Baudino