A veces escuchamos relatos que les pasaron a nuestros ancestros y no los entendemos. Y jamás los entenderíamos porque los miramos con ojos del siglo XXI. Lo cierto es que reponemos supuestos que no nos enteramos y lo insólito es que solemos repetir historias que ya ocurrieron o que ya fueron contadas. Nuestros ancestros que vinieron de Europa fundaron colonias y se fundaron en el trabajo y en el amor de la familia. Crearon las raíces, levantaron un árbol de muchas ramas en las que fue creciendo la familia. ¡Qué lindo es saber que pertenecemos a esas ramas! Y que nuestras raíces están bien forjadas en toda esa hermosa gente que nos guía desde el cielo. Tal vez estemos repitiendo con nuevas ramas historias que ellos ya contaron, pero es muy bueno sentirse protegido por la sombra de este árbol genealógico que nos ampara y bajo un cielo que nos guía y hasta a veces nos da un guiño...
Susana Weisman
Nació en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en 1970. Curso sus estudios secundarios en la Escuela Normal Superior Próspero Alemandri. Luego de recibirse de Bachiller Docente, continuó sus estudios en el campo de la Pedagogía. Ya recibida de profesora en la Enseñanza Primaria, también trabajó como periodista en la revista La Luz.
Se casó con Miguel y tiene 2 hijos.
Actualmente se desempeña como maestra, con más de 30 años de trabajo en las aulas. Ha sido galardonada como finalista internacional del Concurso de relatos breves organizado por la librería El Ático de Israel.
